El principio

  • Prefacio.

  • Si ésta fuera historia, sería una de ángeles caídos, seres ingenuos que un día tomaron una guitarra y pretendieron llegar con ella a alguna parte, acaso sin pensar que el rocanrol no es llegar sino ir, sólo ir, siempre estar yendo.Un tren al que se sube y se baja sin mirarlo jamás parar. Hay quienes no se bajan. Necios, perdedores, románticos huérfanos que un día encontraron en el rocanrol una casa, quiero decir un hogar, de esos que tienen leños y chimenea, abuelos, toda la paz que mirabas en las historias de Walt Disney. ¿Has estado alguna vez en un hogar? ¿Sabes lo que es eso? ¿Quedan hogares así en este mundo? No para los que han subido al tren, porque ellos ya comprendieron, aunque tal vez un día lo olviden y se vuelvan a tierra firme, que la mejor casa que puede tenerse es precisamente ésta. un tren. Por principio, detestas la idea de contar un cuento de triunfadores. Piensas muy románticamente: no lo estoy haciendo. Estos monos son unos perdedores, unos ángeles caídos. Que la compañía y la televisión y la radio puedan cubrirlos de billetes es cosa que vale madre. Un perdedor no es aquel que tiene menos billete. Un perdedor es quien ya se dio cuenta que vivir es a veces un mal negocio y no queda otra que hacerlo lo más divertido posible. Y lo más intenso posible. Y, si es posible, buscarse en el camino una religión que valga la pena. El rocanrol, por ejemplo.
    Fuente: UNA BANDA NOMBRADA CAIFANES libro escrito por Xavier Velasco, editado en 1990.

    Me une a Xavier además de una profunda admiración por sus textos, el haber nacido durante la parte final de los años 50. También nuestros antecedentes hispanos, una infancia solitaria y taciturna, las primeras letras en Sesión y Melodía, el endemoniado gusto por los Who, The Clash, Caifanes y el amor por los animales; amén de un sentimiento de afecto que aunque distante, está siempre presente.

    miércoles, 13 de marzo de 2013

    El Soundtrack de mi Vida (10) Una Nueva Década

    La publicación de álbumes era continua, casi no había tiempo de juntar el suficiente dinero para, como con cualquier adicción, satisfacer el gusto. Durante los siguientes tres o cuatro años, no creo haber comprado refrigerio escolar alguno de manera completa. Casi todo iba a parar directamente a mi cajita del tesoro (adornada con un alacrán Duranguense por supuesto) y que todavía conservo;  hasta que al fin, conseguí mi primer empleo. Lo bueno es que ya durante ese tiempo, las compañías disqueras estaban más abiertas y aunque con cierto retraso, (en ocasiones hasta de años) ya se podían encontrar algunos discos que me gustaban en edición nacional. Ese fue el caso de Just for Love, a mi juicio, el último gran trabajo de Quicksilver, y ya con Gary Duncan de nueva cuenta incorporado a la agrupación luego de un largo año de vida errante, y con la adición de Dino Valenti como compositor, cantante, guitarrista, egotista y factor preponderante en la retirada tanto de Nicky Hopkins, como de John Cipollina y hasta del manager Ron Polte.  Aparecido en Norteamerica en agosto de 1970, se editó en México con varios meses de retraso.
    Recuerdo haberlo adquirido y escucharlo por vez primera, acompañado de un delicioso bocadillo (un simple bolillo cortado a la mitad y embarrado de Cheese Whiz,- otra de mis grandes debilidades-)


    Grabado en Hawai en un estudio de grabación creado y adaptado ex profeso por Dan Healy, (quien luego fuera conocido como ingeniero en jefe, del sonido de los Grateful Dead).  El sonido aunque no tan brillante como sus predecesores (dadas las carencias de la isla, - pues hasta planta generadora de energía tuvieron que adquirir-)  me gustó.
    Y tanto  Just for Love Parte 1 y 2 como Cobra y Gone Again, me remiten al ambiente relajado y exótico que experimentaron creando éstas piezas casi como la portada lo manifiesta, al pie del volcán. ( Haciéndome sentir, lo más cerca que jamás estaré de aquellas islas)
    Quicksilver Messenger Service tocando en Vivo
    en Hawai 1970 

    Otra de las obras que mayor asombro e influencia crearon en mi persona lo fue la primer 
    grabación como solista de George Harrison. El álbum triple All Thing Must Pass.
    De él, permanece en mi, viva la emoción que todavía siento, cada vez que escucho y/o recuerdo : My Sweet Lord, What Is Life, Wah Wah, If Not for You y la que alguna ocasión planeamos tocar y ensayamos Sergio Mancera y yo: Isn´t it a Pitty




    Otro álbum que casi se volvió mi disco de cabecera durante varios meses,  lo fue
    el Absolutely Live de los Doors, grabado en vivo también durante algunas giras entre 1969 y 1970.  Tanto Universal Mind, como Break on Through y Celebration of the Lizard sustituyeron las enseñanzas de Baldor , las equaciones con incógnitas y bloquearon mi cerebro, blindándolo contra la tabla periódica de los 104 elementos con todo y sus valencias.







    Imágenes pertenecientes a la época de grabación de los conciertos que fueron relegadas
    para presentar según la compañía discográfica para a un Morrison más apuesto y comercial. Sobre imponiendo una foto del concierto  del Hollywood Bowl  de 1968 sobre una foto granulosa y más interesante del grupo que si correspondía a la presentación del grupo en el Aquarius Theatre en 1969.


    Y mientras tanto, ¿ Qué ocurría en el país ? Luego del salvajismo de nuestras autoridades para seguir resolviendo problemas estudiantiles, quisieron suavizar la situación aflojando un poco la situación de los permisos para tocadas de rock. Por la radio se podían escuchar grupos y bandas de todas partes del terrtorio, comenzando con la Revolución de Emiliano Zapata y los Spiders de Guadalajara, el infaltable e insustituible Javier Bátiz , Peace and Love  y el Rtual de Tijuana, Los Dug Dug´s provenientes de (mi querido) Durango, Love Army, Bandido, la División del Norte, Tequila y del DF La Máquina del Sonido y un grupo por y con el cual habría de cruzar mi destino de muchas formas, el Three Souls in my Mind.
    Programas en vivo en estaciones hasta entonces cerradas para música juvenil, la W, la XEQ, Radio Juventud etc; en la Televisión hasta el Lic. Jacobo Zabludowsky abría un espacio dentro de su programa dominical ( La Onda de Avándaro )
    Por mi parte, estaba encantado, aunque se me hacía estúpido que se refirieran al creciente movimiento como: Rock Chicano
    (el gusto permanente del mexicano por catalogar, y darle un nombre a todo, aunque suene ridículo y fuera de lugar).

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