El principio

  • Prefacio.

  • Si ésta fuera historia, sería una de ángeles caídos, seres ingenuos que un día tomaron una guitarra y pretendieron llegar con ella a alguna parte, acaso sin pensar que el rocanrol no es llegar sino ir, sólo ir, siempre estar yendo.Un tren al que se sube y se baja sin mirarlo jamás parar. Hay quienes no se bajan. Necios, perdedores, románticos huérfanos que un día encontraron en el rocanrol una casa, quiero decir un hogar, de esos que tienen leños y chimenea, abuelos, toda la paz que mirabas en las historias de Walt Disney. ¿Has estado alguna vez en un hogar? ¿Sabes lo que es eso? ¿Quedan hogares así en este mundo? No para los que han subido al tren, porque ellos ya comprendieron, aunque tal vez un día lo olviden y se vuelvan a tierra firme, que la mejor casa que puede tenerse es precisamente ésta. un tren. Por principio, detestas la idea de contar un cuento de triunfadores. Piensas muy románticamente: no lo estoy haciendo. Estos monos son unos perdedores, unos ángeles caídos. Que la compañía y la televisión y la radio puedan cubrirlos de billetes es cosa que vale madre. Un perdedor no es aquel que tiene menos billete. Un perdedor es quien ya se dio cuenta que vivir es a veces un mal negocio y no queda otra que hacerlo lo más divertido posible. Y lo más intenso posible. Y, si es posible, buscarse en el camino una religión que valga la pena. El rocanrol, por ejemplo.
    Fuente: UNA BANDA NOMBRADA CAIFANES libro escrito por Xavier Velasco, editado en 1990.

    Me une a Xavier además de una profunda admiración por sus textos, el haber nacido durante la parte final de los años 50. También nuestros antecedentes hispanos, una infancia solitaria y taciturna, las primeras letras en Sesión y Melodía, el endemoniado gusto por los Who, The Clash, Caifanes y el amor por los animales; amén de un sentimiento de afecto que aunque distante, está siempre presente.

    miércoles, 21 de noviembre de 2012

    El 69



    1969 para mí y para muchos, creo que fue un año mágico, musicalmente hablando.
    Led Zeppelin 1969
    A principios de año como ya relaté, conocí a Led Zeppelin mediante su primer elepé. Tuve la fortuna de asistir a mis primeras tocadas en la Pista de Hielo Insurgentes. Escuché a los Dug Dug´s, a Javier Bátiz, a Los Esclavos, a Tijuana Five, pero lo que más lamento, es el que jamás pude llegar a presenciar una actuación del original Hangar Ambulante, con el legendario guitarrista Sergio Villalobos al frente.
    En la televisión tuve la oportunidad de ver a Janis Joplin en el show de Tom Jones (una de las mejores voces que he podido escuchar y disfrutar.
    Los grupos mexicanos tenían el chance de aparecer junto a Alejandro Jodorowski en una programa semanal y en la radio se escuchaban en la Pantera y Radio Capital, emisiones como Proyección 590 y Vibraciones.
    Un buen día, como relato en el prólogo del libro "Living the Blues", vi la fotografía de quien catalogo como nuestro primer superestrella del rock: Fito de la Parra.
    Había palomeado con Bátiz en un programa de televisión y anunciaba la inminente contratación de Canned Heat para una serie de presentaciones en nuestro territorio.
    Su Refried Boogie con sus más de cuarenta minutos de duración (aunque editado para tener cabida en un extended play de 45 RPM en nuestro país, inundaba las frecuencias sonoras. No venían con su guitarrista original Henry Vestine pero en su lugar traían a otro prodigio de las seis cuerdas; Harvey Mandel quien, hasta hoy, luego de muchas idas y venidas todavía está ahí.
    Lo malo,.... mi edad.
    No pude verlos, (no me dejaron pasar) ni a ellos, ni a Eric Burdon, ni mucho menos a Los Doors que también se presentaron ese año en el centro-cabaret de los Hermanos Castro.

    Canned Heat


    Adolfo "Fito" de la Parra

     
     
    Portada de un disco pirata, la grabación no corresponde al evento,
     pero las fotografías si
     
     
    Revista Pop    Los Doors en México
     
    En agosto de ese año, se llevo a cabo una de las concentraciones más grandes en toda la historia del rock:
    El Festival de Arte y Música de Woodstock.
    En el se dieron cita y participaron unas de las figuras más representativas del género:
    The Who, Janis Joplin, Jimi Hendrix, Joe Cocker, Ten Years After, Jefferson Airplane,
    Canned Heat y muchas más. Entre ellas y de la mano de Bill Graham el célebre empresario norteamericano, se presentó masivamente otro de los nuestros, Carlos Santana quien a pesar de no ser el líder de la banda(en ese entonces capitaneada por Greg Rollie posteriormente de Jorney) si ya era considerado el símbolo de ella.
    Menciono esto casi de pasada pues Carlos, en contraposición de Fito quien no pierde oportunidad para mostrarse orgulloso de su nacionalidad ( y de la Narvarte, nuestra colonia por cierto) siempre reniega de su pasado azteca.
     
     
    En fín, cada quien su forma de ser, de pensar... y de sentir.
     
    Casi a fin de año, pude por fin tener entre mis manos una obra por la que esperé
    lo que se me figuró una eternidad desde el Beggars Banquet.
    Su título:
    Let it Bleed

    Y bien, los Rolling Stones no me habían fallado. Desde el apocalíptico Gimme Shelter, hasta  You Can´t Always Get What You Want de sublime arreglo coral, pasando por la sencillez de You Got the Silver, y la sicotica épica de Midnight Rambler recorrieron una y otra vez mi tornamesa hasta casi el hartazgo (algo que hasta hoy por cierto, aún no ha llegado).
     
     
     
     
     
     

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