El principio

  • Prefacio.

  • Si ésta fuera historia, sería una de ángeles caídos, seres ingenuos que un día tomaron una guitarra y pretendieron llegar con ella a alguna parte, acaso sin pensar que el rocanrol no es llegar sino ir, sólo ir, siempre estar yendo.Un tren al que se sube y se baja sin mirarlo jamás parar. Hay quienes no se bajan. Necios, perdedores, románticos huérfanos que un día encontraron en el rocanrol una casa, quiero decir un hogar, de esos que tienen leños y chimenea, abuelos, toda la paz que mirabas en las historias de Walt Disney. ¿Has estado alguna vez en un hogar? ¿Sabes lo que es eso? ¿Quedan hogares así en este mundo? No para los que han subido al tren, porque ellos ya comprendieron, aunque tal vez un día lo olviden y se vuelvan a tierra firme, que la mejor casa que puede tenerse es precisamente ésta. un tren. Por principio, detestas la idea de contar un cuento de triunfadores. Piensas muy románticamente: no lo estoy haciendo. Estos monos son unos perdedores, unos ángeles caídos. Que la compañía y la televisión y la radio puedan cubrirlos de billetes es cosa que vale madre. Un perdedor no es aquel que tiene menos billete. Un perdedor es quien ya se dio cuenta que vivir es a veces un mal negocio y no queda otra que hacerlo lo más divertido posible. Y lo más intenso posible. Y, si es posible, buscarse en el camino una religión que valga la pena. El rocanrol, por ejemplo.
    Fuente: UNA BANDA NOMBRADA CAIFANES libro escrito por Xavier Velasco, editado en 1990.

    Me une a Xavier además de una profunda admiración por sus textos, el haber nacido durante la parte final de los años 50. También nuestros antecedentes hispanos, una infancia solitaria y taciturna, las primeras letras en Sesión y Melodía, el endemoniado gusto por los Who, The Clash, Caifanes y el amor por los animales; amén de un sentimiento de afecto que aunque distante, está siempre presente.

    martes, 18 de septiembre de 2012

    MUNI

    Su verdadero nombre  era Jesús Muñoz Olivares, pero desde hace más de tres décadas era conocido como El Muni y ...él, el silencioso, murió hace casi un par de meses.
    Mucho tiempo (años) nos habíamos distanciado por cuestiones de tipo personal; el tipo era difícil, pero era mi compadre y fue y será por siempre, una parte de mi historia.   
    Le conocí a mediados del 77 y juntos emprendimos la misión de reiniciar la aventura llamada SESIÓN. Un periódico creado para difundir la cultura del rock y otras artes. 
    Él, en compañía de Víctor Roura, Antonio Malacara Alonso y José Espejel habían sacado a la venta el único número del Zeppelin un año antes, y después ya sin Pepe, imprimieron los dos primeros de Sesión
    Las siguientes dos entregas, las hicimos (vendiendo pasteles y pidiendo prestado) ya sin Roura y Malacara.  Pero al acabársenos el dinero y al mismo tiempo saber, que la Unión de Voceadores y Expendedores había tenido a bien (y por sus ... amigdalas), tener casi todos los ejemplares embodegados haciéndonos saber que nunca podríamos tener una buena distribución, decidimos tirar el arpa. (Todavía no había un Chopo y sólo de cuando en cuando existía un evento donde poder vender el resultado de nuestro esfuerzo e ilusiones).
    Para un servidor, lo mejor de esa época fueron tres cosas: Sin un orden en particular

    1. Saber que queriendo, con los medios adecuados y con esfuerzo, se puede emprender una empresa propia.
    2. Que hicimos un concurso para poder dar a conocer nuevos valores literarios en el rock y el ganador, para satisfacción nuestra, con el tiempo se convirtió en uno de los más afamados, reconocidos y exitosos escritores contemporáneos de nuestro país: Xavier Velasco.  
    Y debo reconocer que, cuando Muni leyó el texto que nos envió, él fue el primero en darse cuenta de la calidad del escrito (creo que ahí mismo decidió en su calidad de director) quién habría de ser el triunfador, amén de convertirse posteriormente en un fan confeso y coleccionista de todos sus textos. (Durante  años tuvimos la esperanza de armar otro proyecto y la ilusión de que trabajara con nosotros). 

    * Nota: Si, ya se que el premio fue de un par de discos y un librito, según lo narra el mismo Xavier en su artículo - Jesús: aquel del Chopo, aparecido en Milennio el 20 de agosto del presente año-.
    (Pero en lo particular siempre he pensado que los que ganamos fuimos nosotros, al descubrir modestamente, a todo un personaje que con sus chistes, y comentarios desenfadados, nos hacía reír en demasía.)
    -Y si Xavier,  el par de melenudos en aquel Vips de Insurgentes, eramos Muni y yo.  Pero te aclaro, que si traíamos para el desayuno y también para unos tragos en aquella Ranita de la Zona Rosa a donde ya no quisiste ir.
     3. Gracias a Muni y al cielo,  tuve la fortuna de conocer a dos de mis mejores amigos y compañeros entrañables de toda una vida: Guillermo Vergara y Luz María Cahero.


    No volvimos a editar el periódico, pero tampoco abandonamos el rock y estuvimos juntos cada semana, durante muchos años en el Tianguis del Chopo. 
    Pepe Návar llegó a referirse a nosotros como "los últimos duros del rock".


    Cortando el pastel del 1er aniversario del Tianguis y Muni a mi  derecha,  enfundado en una camiseta del Three Souls, diseñada por otro viejo amigo: Alberto de Ocampo El Fink
    Allá donde estés, estoy seguro conocerás a tu ídolo Lester Bangs y juntos podrán reír sardónicamente del mundo, y criticar mordazmente a todos los grupos que no les gusten.
    Estilo lo tenían a la par.
    Me quedan muchas anécdotas y recuerdos en el corazón: nuestro peregrinar y peripecias durante la fallida décima celebración de Avándaro (de la que Roura hizo amplio escarnio en el periódico), la foto interior y el cuetel del 2o LP de Chac Mool, las discusiones que llegábamos a tener por tu gusto por Chary García, Miguel Ríos y demás fauna del "Rock en tu Idioma". De las albóndigas que se convirtieron en picadillo, los pasteles vaciladores, nuestras cenas navideñas a base de soya, el hígado encebollado de la colonia Guerrero, de cuando hicimos una reunión para 6 personas en mi departamento y que se convirtió en una fiesta de más de 50, de cuando a regañadientes aceptaste trabajar conmigo en aquella añorada Editorial Salvat o de cuando el Mamys llegó a preguntar si las cervezas que teníamos alrededor del puesto eran para vender ( y nosotros ya las habíamos consumido), de los vodkas con piña acompañados de uno que otro cigarrito de esos que dan risa.......... cuando mi bufanda Krishna la partimos a mitad,  y muchas, muchas cosas más. Lo malo, te lo aseguro...........ya se me olvidó.
    De nueva cuenta te agradezco el haber coproducido el único registro músico-auditivo de SIN y espero me hayas perdonado el haber arruinado tu vida vegetariana.
    MUNI en 1980





    jueves, 13 de septiembre de 2012

    El Soundtrack de mi Vida (7) Encontrando Identidad IV

     Mi prefecto en la secundaria, hizo un viaje de descanso a los Estados Unidos y me preguntó si quería algo de allá, y claro, cómo poder sustraerme a su amabilidad ? Obviamente le pedí me consiguiera el Surrealistic Pillow de Jefferson Airplane que contenía White Rabbit, She has Funny Cars, Today y Comin´Back to Me y el Anthem of the Sun de Grateful Dead (That´s it for the Other One). 
    Mientras pasaban las dos semanas de vacaciones, no perdí tiempo y adquirí sus primeros trabajos. En el siempre confiable Hip 70, Armando y Tato ya me tenían apartados el Grateful Dead Vol.1 (Golden Road, Cream Puff War, Morning Dew), y en Yoko (Otra discoteca sin igual) conseguí el Jefferson Airplane Takes Off (Tobacco Road, Get Together, It´s no Secret, Don´t Slip Away). La sicodelia se había apoderado de mi razón, y tanto la guitarra de Jerry García, el bajo de Jack Cassidy y las voces de Marty Balin y Signe Anderson acompañando a los instrumentistas de Quicksilver me transportaban a otro tipo de espacio,donde soñaba e imaginaba lo que podía suceder en uno de los eventos que se llevaban a cabo en los escenarios del Fillmore y el Avalon de San Francisco. 



    Mi abuelita decía que cada día estaba más delgado y como no estarlo, si lo que me daban para el refrigerio escolar y mi mesada, iban a parar casi integramente, a mi caja de ahorro. (En donde únicamente permanecían lo suficiente, hasta que acompletaba para la siguiente adquisición de mis tesoros) 
    Cuando regresó mi profesor (y con él las clases), soporté la pesadumbre porque sí me trajo los álbumes que le había pedido. Aunque llegó un poco escandalizado, ya que en la pequeña tienda de discos donde los adquirió, le habían ofrecido también ácido y/o un poco de marihuana para acompañar la escucha, pensando que eran para él.
    Por lo que habló a solas conmigo y casi me hizo prometerle que jamás utilizaría ningún estimulante.
    Al poco tiempo, se oficiaría una misa en el patio del colegio (al fin marista), en donde el sacerdote premió con una medalla, a quienes hicieron el juramento. 
                  (Ni yo, estoy seguro y creo que ninguno de mis amigos, obtuvo nada).




    Cuando vi la portada del Surrealistic Pillow y lo escuché y , me di cuenta que la vocalista
    no era la misma, su lugar había sido ocupado por quien con el tiempo se habría de convertir en una de las figuras más emblemáticas de esa generación:
    Grace Slick